El mantenimiento preventivo, cuando se habla de las unidades de una flotilla, puede ser la diferencia entre tener una empresa financieramente sana o una que batalle mes a mes para seguir en pie.
Para aquellos que dirigen una empresa de transporte, es importante saber los elementos clave que hay que tomar en cuenta a la hora de realizar el mantenimiento preventivo. Esto permite:
- optimizar el uso de combustible y, por consiguiente, los costos asociados a ellos;
- elevar la vida útil del motor de cada una de las unidades, lo que favorece a la rentabilidad de la empresa;
- reducir los tiempos improductivos, algo que puede llegar a afectar negativamente las operaciones y el flujo de dinero;
- maximizar el rendimiento de las flotillas, lo que significa que se produce más dinero utilizando menos recursos.
Ahora bien, si esto ha llamado tu atención, te invitamos a que sigas hasta el final y conozcas los puntos más importantes del mantenimiento preventivo.
¿Cómo hacer el mantenimiento preventivo?
El mantenimiento preventivo es la manera óptima de reducir a su mínima expresión las averías repentinas, aumentar la seguridad de los colaboradores de la empresa y reducir los costos y elevar el rendimiento de la organización. Es muy importante llevar una bitácora donde anotes todos y cada uno de los mantenimientos por unidad, considerando fechas específicas o lapsos de odómetro. Actualmente existen diversas plataformas que te ayudan a sistematizar los mantenimientos de las unidades que componen tu flota.
A continuación, aquellos puntos fundamentales que debes tener en cuenta para hacer un mantenimiento preventivo correcto.
Revisar el aceite del motor
Esto debe hacerse diariamente en cada unidad de transporte o, por lo menos, antes de cada viaje. El por qué es muy simple: el aceite antes de pasar al motor, pasa por un filtro de combustible que lo “limpia” de ceniza u otros elementos que pueden hacerle daño al camión.
Al realizarse un mantenimiento diario o permanente, se puede determinar si se está consumiendo más de lo normal —indicado por el fabricante—, lo que puede provocar una obstrucción del filtro.
Por otro lado, al reponer aceite en el tanque, es crucial que se vierta aquel que está recomendado por el fabricante y no se llene hasta el tope, porque puede ocasionar una acumulación excesiva de ceniza en el filtro.
Asimismo, cada vez que se ejecute un mantenimiento preventivo del aceite de motor es de especial importancia revisar si hay fugas por los tubos de ventilación.
Esto puede significar que existe un deterioro del motor y que la compresión está dañando los anillos y presurizando el cárter, lo que produce un mayor consumo de combustible, una pérdida de potencia y más emisiones contaminantes.
Por último, al menos una vez o dos veces al año se debe realizar una revisión del aceite para extraer metales, refrigerantes u otros materiales que pueden dañar drásticamente el motor del vehículo.
Revisión de refrigerante
Esto debe hacerse día a día o antes de cada salida, para determinar si existen fugas. Esto evidencia que se está en presencia de una rotura de una manguera, del sistema o de la tapa del tanque.
El refrigerante, al igual que el aceite del motor, puede obstruir el filtro de ceniza y provocar daños catastróficos a la unidad.
Revisión de neumáticos
En esta lista no podíamos olvidarnos de los neumáticos, y el mantenimiento preventivo de ellos. Para hacer esto bien, es necesario revisar diariamente aspectos como el inflado para que cumpla con los requisitos del Instituto Mexicano de Transporte según el tamaño de los mismos.
La presión correcta en las llantas permite un desgaste uniforme y medido, que ayuda a reducir las posibilidades de fallas. Además, ofrece mejor tracción y agarre para aprovechar el contacto con la superficie de manera óptima y favorece al consumo de combustible al hacer menos esfuerzos para trasladarse.
Es importante tener en cuenta que los cambios en la temperatura del ambiente también provocan pérdida de aire, y esto crea mayores riesgos de fallas cuando se transita a altas velocidades.
Revisión de frenos
Es vital hacer esto diariamente, o al menos antes de cada salida, ya que puede ser la diferencia entre una visita al mecánico de la empresa o la pérdida de capital o vidas humanas.
Revisar aspectos como:
- presión en los pedales;
- vibración en el pedal luego de los 80 km/h;
- nivel o cambio de color en el líquido de freno;
- fugas en las bombas de aire;
- que las partes del sistema de frenos coincida con las características especificadas por el fabricante.
Todo esto es fundamental para aumentar el rendimiento del vehículo y reducir las posibilidades de averías, fallas o accidentes.
Sistema de combustible
Cada vez que se recarga aceite, antes de ejecutarse, es importante revisar el color del combustible. Si se nota un tono más oscuro del normal puede indicar que existe presencia de aceite en el tanque de gasolina o diésel.
Esto puede ocasionar daños críticos al motor y en el filtro de combustible. Dicho esto, es algo que sucede muy rara vez en vehículos modernos, ya que no comparten los conductos.
Revisión de luces
En la vía, las luces son una de las formas de comunicación con otros conductores. Sin ellas, no solo es difícil conducir, sino que también es ilegal.
Antes de cada salida es importante que se realice un chequeo de luces delanteras y traseras, y que el operador se asegure que están en buenas condiciones para la carretera.
Asimismo, aquellas luces en el tablero que indican el nivel de combustible, aceite o temperatura deben ser revisadas. Si se ignora esta avería, puede conllevar a mermas del rendimiento del vehículo o fallas catastróficas.
Control del nivel de fluido de escape de diésel
Por último, y como parte de esta lista de revisión y de mantenimiento preventivo, es necesario hacer un chequeo diario del DEF _fluido de escape de diésel—, verificando que se encuentre en los niveles óptimos indicado por el fabricante.
Estos motores (SCR) requieren de DEF para funcionar con normalidad. Sin eso, existirá un disminución en la potencia y el rendimiento.
Además, si se presenta un consumo mayor al 2% de DEF puede ser indicativo de una fuga.
Para que funcione correctamente, es muy recomendable que se vacíe el tanque, se limpie con detenimiento y se reemplace el cuello de llenado, los filtros de dosificación o la bomba.
Por último, debes revisar que no exista emisión de humo por los tubos de escape. Esto puede ser evidencia que problemas en el motor y el DPF —filtro antipartículas de diésel— y, que esto debe ser tratado de inmediato.
¿Qué opinas de estos pasos para el mantenimiento preventivo? Si sueles hacerlo a tus unidades nos gustaría saber qué haces diferente o si agregas otro paso a tu lista. ¡Déjanos un comentario!