Uno de los grandes desafíos enfrentados por los gestores logísticos es planear rutas minimizando la congestión vehicular. ¡De ahí la importancia de adoptar a los flujos vehiculares como referencia!
En efecto, los embotellamientos afectan la calidad de vida del trabajador en ruta y la eficiencia logística, pues aumentan el tiempo de circulación en el tráfico, inciden en la puntualidad de las entregas y, si se toma un camino inviable, puede generar siniestros muy graves.
Pero, ¿cuál es la relación entre la consideración de los flujos vehiculares mexicanos y la minimización de la probabilidad de embotellamientos y retrasos en las entregas?
Si quieres conocer la respuesta, te invitamos a que leas detenidamente nuestro artículo. En sus líneas, abordamos el concepto y la importancia de los flujos vehiculares, así como te brindamos información sobre sus responsables.
¡Continúa leyendo!
¿Qué son los flujos vehiculares?
En líneas generales, definimos al flujo vehicular como la cantidad de vehículos que circulan en un determinado tramo considerando un cierto período de tiempo.
De hecho, este flujo varía de acuerdo con la hora y el día de la semana, por lo que presenta horarios de pico y de caída, así como días con mayor o menor intensidad.
Acerca de su composición, presenta una mezcla entre vehículos livianos y pesados, siendo estos últimos los principales responsables del aumento en los niveles de ruido principalmente por la robustez del motor.
Así pues, en lo concerniente a la contaminación sonora, podemos decir que los vehículos pesados, como es el caso de los camiones de carga, contribuyen al aumento del índice en virtud del ruido del motor y no tanto por ruido de rodado. Este último resulta más significativo por parte de las unidades livianas como vehículos de paseo.
Pero, ¿por qué debemos considerar la incidencia sonora?
Efectivamente, este un aspecto que incide directamente en la definición de los flujos vehiculares, ya que en zonas urbanas y con una gran densidad de población, impulsar el tráfico de vehículos pesados por vías con infraestructura limitada o cercana a conglomerados humanos incide negativamente en la calidad de vida.
A esto debemos sumarle los efectos de los gases tóxicos liberados en el tráfico. En regiones de condensación poblacional, es necesario reducir la circulación de unidades de carga, pues liberan una gran cantidad de agentes nocivos para la salud, principalmente, respiratoria.
En México, los flujos vehiculares se llevan a cabo por 10 corredores integrados por tramos carreteros que conectan los principales ejes viales. ¡Conócelos a continuación!
- México – Tijuana
- México – Chetumal
- México – Nuevo Laredo y Piedras Negras
- Querétaro – Ciudad Juárez
- Mazatlán – Matamoros
- Puebla – Tapachula
- Veracruz – Monterrey
- Veracruz – Acapulco
- Manzanillo – Tampico
- Acapulco – Tuxpan
¡Solo estos corredores corresponden a 22.178,87 kilómetros de carreteras!
Es importante señalar que los corredores presentan particularidades en cuanto al peso, capacidad y dimensiones de los vehículos de autotransporte que circulan por los puentes y caminos de jurisdicción federal. Por lo que se clasifican en:
- Ejes de transporte ET2 o ET4;
- Carreteras de 2 o 4 carriles A2 o A4;
- Carreteras de 2 o 4 carriles, también denominadas red primaria B2 o B4;
- Carreteras de 2 carriles o red secundaria C;
- Carreteras de 2 carriles o red alimentadora D.
¿Cuál es su importancia?
Como ves, considerar, planificar y organizar el flujo vehicular tiene una connotación importante en términos de calidad de vida y salud comunitaria.
Sin embargo, ¡este aspecto también influye directamente en las operaciones de las industrias y de los comercios, en especial, en el ámbito logístico!
En esta área, es indispensable tener en cuenta el flujo vehicular, pues posibilita optimizar las operaciones en ruta y así, garantizar las entregas de las mercancías en tiempo y forma.
En términos generales, una planeación de rutas involucrando caminos congestionados en un determinado horario puede arruinar la calidad de las entregas.
Por eso, es indispensable que los gestores de empresas de autotransporte y logísticos, antes de diseñar las rutas, verifiquen los plazos considerando todas las operaciones de la cadena de suministros, de distribución y logística.
Luego de conocer los tiempos de las diferentes etapas, estarán listos para estructurar un plan que incorpore caminos, carreteras y corredores que atiendan sus plazos y faciliten sus operaciones.
Por lo tanto, controlar los flujos vehiculares teniendo en cuenta los períodos del día y de la semana permite optimizar la movilidad y el desempeño de tu empresa logística.
Pero, ¡este es apenas uno de los beneficios de tener en cuenta el flujo de tránsito!
Cuando definimos rutas considerándolo, podemos:
Reducir costos
Al minimizar los tiempos en el tráfico, la empresa logra economizar combustible, así como disminuir la depreciación de los vehículos y la necesidad de mantenimientos correctivos.
En consecuencia, puede reducir considerablemente los gastos de operación, impactando así, el entorno financiero.
Aumentar la productividad
Exponer a los conductores a vías congestionadas o visiblemente en mal estado tiende a disminuir su disposición para entregar todo su potencial en ruta.
Para que esto no ocurra y, de hecho, promover la productividad de los equipos externos, es crucial prestar atención en el flujo seleccionando vías con una menor circulación de vehículos durante el período que los trabajadores se encuentren en ruta.
El incremento de la productividad es el reflejo de una mayor satisfacción de los operadores frente a la postura de la empresa ante sus necesidades laborales y bienestar.
Incrementar las ganancias del negocio
Al disminuir los costos y optimizar la productividad, la empresa suele aumentar la rentabilidad y la cuenta es simple: menos gastos operativos, mayores márgenes de beneficios. Por consiguiente, la organización amplía su rentabilidad.
Así que el control de los flujos vehiculares es una acción indispensable para potencializar la planificación de rutas.
Asimismo, puede ocasionar una gran revolución en términos financieros, afectando desde los ingresos —por promover las entregas en tiempo y forma, así como la satisfacción de los clientes— hasta su nivel de rentabilidad, por lo que contribuye al desarrollo y crecimiento de la organización.
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